Manuel Vidaurre: Una decisión de superación



     - En ciudad evocadora

                         Manuel Vidaurre: Una decisión de superación

Por: Lucero Torres Flores
“La etapa más dolorosa de mi vida fue la muerte de mi madre,  el valor más preciado que me dejó fue la humildad, mi gran arma fue la perseverancia y es por ello que ahora siento, que ella en donde esté, está orgullosa de mis logros”, expresó Manuel al inicio de la entrevista.
Fue un jueves 22 de noviembre que a pesar de los contratiempos, agendas marcadas,  me llegué a reunir con el licenciado en Sociología, Manuel Vidaurre Yerren, actual regidor en la Municipalidad Provincial de Lambayeque. Al promediar las 12:00 del mediodía me dirigí hacia la municipalidad, pues ya había logrado que aceptara darme una entrevista. Llegué a la sala de regidores y como me lo supuse se encontraba en una reunión con algunos pobladores de los caseríos aledaños a la ciudad, esperé unos minutos hasta que de pronto empezaron a retirarse cada uno de los participantes, ahora sí era el momento, ingresé y me presenté y de inmediato sus palabras fueron “dialogemos señorita”.
Hijo de una familia de agricultores, Vidaurre nació el 7 de julio de 1982 en la provincia de Lambayeque,  es de contextura delgada, tez trigueña y cabello negro. Su primera casa en donde vivió con su familia, fue hecha con material rústico en el caserío Sialupe de Huamantanga. Su padres son naturales de Lambayeque, su madre doña Victoria  Yerren Santisteban quién falleció cuando él tenía 18  años de edad y su padre  don Teobaldo Vidaurre Pantaleón, que hasta hoy se dedica a la cosecha de arroz. Hijo menor de nueve hermanos, cuatro mujeres y cinco varones,  estos actualmente profesionales quienes laboran dentro y fuera de la ciudad.
De niño se dedicaba ayudarle a su padre en la chacra, no fue una etapa muy fácil para él, su tiempo estaba divido entre el trabajo y el estudio, el campo y la ciudad. Estudió toda su primaria en el colegio Juan Fannig, una de las escuelas más prestigiosas de la “Ciudad Evocadora”, ubicado en la calle  Atahualpa. Desde pequeño se interesó por conocer la historia,  le gustaba ayudar a los demás, así como participar en las diferentes actividades que se realizaba en el colegio. Recuerda con mucho entusiasmo  que el día  preferido de clases era cuando le tocaba el curso de historia y geografía. Él sentía que se sumergía en un mundo de fantasías cada vez que su maestro Cesar comenzaba a narrar en clases hechos que para él eran todo un misterio.
Siendo ya un adolescente, estudió toda su secundaria en el  hoy emblemático colegio Juan Manuel Iturregui, una de las instituciones educativas más conocidas de la ciudad. Esta etapa fue para él una de las más hermosas, donde  fue partícipe de muchas experiencias, entre amigos y algunos viajes que realizó en la escuela y familia. Manuel fue un niño muy aplicado en el estudio y siempre estaba interesado en aprender. A pesar, que desde muy tempana edad le tocó trabajar ayudando a su padre en la cosecha de arroz, nunca descuido los estudios. Él pensaba desde ya, que la educación era el único medio por el cual él podría salir adelante, ayudar así a su familia y a los pobladores de Huamantanga. En su adolescencia, se llegó a enamorar por primera vez de  su compañera de clases, fue para él la etapa más bonita que vivió en ese entonces, llegó a sentir sentimientos nuevos que le hacían sumergirse en una burbuja de ilusión, pero cómo dicen que nada dura para siempre y peor aún siendo esta la primera vez que el sentimiento de amor se hacía presente en aquel niño de Huamantanga, todo se terminó  cuando aquella niña quién había robado la atención de Manuel fue cambiada de escuela y es ahí que aquella burbuja que mantenía la mente de Manuel ilusionado se rompió y desvaneció.
De joven, a los 18 años de edad vivió el peor momento de su vida, su madre falleció. Él sentía que su mundo se derrumbaba, que todo acababa.
“Sabes que alguien ha muerto porque, de pronto, deja de estar aquí. De repente ya no está nunca: no está en la chacra ayudando a papá, ni en la cocina preparando los alimentos o en la sala hilando la rueca, no está en ninguna parte, y hasta el día anterior ella siempre estaba”, mencionó Vidaurre.
No fue fácil para él poder sobrellevar tan fatal pérdida, era muy joven para haber vivido tan terrible momento. Pero eso también fue un impulso para que decidiera estudiar una carrera, su madre siempre anhelaba que fuera una gran profesional, fue  entonces que decide postular a la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo en el año 2002, a la Escuela Profesional de Sociología quien luego de haber postulado dos veces llegó a obtener una vacante. Otro mundo empezaba para él, un mundo de retos, aprendizaje y experiencias que vivir, desde el inicio de su carrera formó un pensamiento y visión de mundo al interior de las aulas y los círculos académicos. Leía de manera fervorosa libros de historia e investigación como,  Historia de la Corrupción en el Perú, de Alfonso Quiroz,  Nuevos Nacionalismos en el Perú, de Gonzalo Portocarrero, Nuevos Súbditos, de Juan Carlos Ubilluz, de memoria fotográfica recuerda como si fuera hoy aquella etapa de exploración. En los cinco años de estudios superiores, realizó proyecciones sociales con el apoyo de algunos de sus docentes, sentía la necesidad de estar cerca de los pobladores, dialogar y trabajar con ellos para así encontrar las soluciones para las problemáticas que se llegaban a identificar. Terminado el ciclo universitario  llegó a trabajar  en distintas empresas así como también en  la Municipalidad Provincial de Lambayeque, luego sentía la necesidad de estudiar cursos de capacitación sobre investigación y gestión pública, pues es lo que le apasiona.
Empezó siendo asistente de cátedra del Sociólogo y catedrático Cesar Cardoso Montoya, luego pasado el tiempo en el año 2015,  se presentó en el concurso de plaza docente  que hubo en la Facultad de Derecho en la Escuela Profesional  de Ciencias Políticas en la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo donde llegó a ganar un puesto, llegando a desempeñarse como docente de Ciencias Políticas, dictando los cursos de Investigación Aplicada a las Ciencias Políticas, Escuela y Enfoque Metodológico de la Ciencias políticas,  así como también, Descentralización y Regionalización de la Ciencias Políticas . En ese mismo año también se desempeño como docente  en el programa de Licenciatura en Educación Modalidad Mixta (LEMM), de dicha universidad, después de unos años de ejercer la docencia dio un paso al costado por algunos asuntos personales.
En el transcurso del año 2017 y 2018, desempeñó el cargo de Director en la Beneficencia Pública de Lambayeque, gestionando varios proyectos y cumpliendo satisfactoriamente su  labor, apoyando así a muchos de los pobladores lambayecanos. Pertenece hace más de 15 años, al partido político Alianza para el Progreso, empezó como un simpatizante, luego fue militante del partido hasta ser dirigente representando a Lambayeque.
“Alianza para el Progreso tiene una visión de Perú, de país. Es un partido abierto que da participación al pueblo, es por ello que me incliné a este partido”, indicó Manuel.
En las Elecciones Regionales y Municipales, que se llevó a cabo en el mes de octubre del año 2018, Vidaurre fue invitado por el ingeniero Alexander Rodríguez Alvarado, actual alcalde de  la provincia de Lambayeque,  a participar y formar parte de su grupo político, saliendo victorioso y  ocupando  así el cargo de regidor. Ya próximo a cumplir un año en el cargo, Manuel Vidaurre, se encuentra satisfecho, porque siente que  mediante la política él puede ayudar a muchos ciudadanos lambayecanos, asumiendo con responsabilidad el cargo, trabajando en conjunto con el alcalde para la realización de varios proyectos en gestión. Su aspiración de crecer sigue hacia adelante, pues su visión  es llegar a ser congresista de la República del Perú y así cumplir con su misión  social que desde tan pequeño anheló.
El tiempo pasó tan rápido, tendrías que seguir cumpliendo tu labor. Las  ansias de seguir conociendo aún más el trabajo que vienes logrando, permanecerá intacto. Tu historia demuestra, que por más empinado y espinoso sea el camino, la perseverancia y la pasión siempre saldrán victoriosas.

Fotografía Propia
                                      
Regidor de APP Lambayeque, Manuel Vidaurre Yerren.

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